En
la localidad en la que resido un día a la semana hay un mercado tradicional de
frutas, verduras y alimentos del lugar.
El jueves es el día de Jupiter y la Plaza San Juan se llena de puestos
llenos de colorido que invitan a que compres los productos .
Hoy en día se
encuentran todo tipo de verduras llegadas desde los invernaderos del Sur y también de la Ribera Navarra.
Hay un solo puesto
de productos ecológicos la variedad es menor que en el resto, y los precios se
disparan .
El sabor de ellos es
una delicia para el paladar.
Como todos los
últimos jueves me presente en el mercado a media mañana, iba caminando por las
calles y me fije en cinco personas que estaban sentadas en el suelo con un
cartel que decía: “Soy una persona que no tiene recursos”.
Esta frase se
instalo en mi cabeza y empezó a tomar forma y fuerza.
Un cierto miedo se
albergo dentro de mi y llegue a casa con una tensión que hacia que me sintiera
incomoda
Empecé a
replantearme mi situación económica, en noviembre se me terminaba la
prestación.
¿Cómo iba a afrontar
mi futuro económico?
Encontrar un trabajo
de qué?
Ofrecer mis saberes
a cambio de dinero ?
Dentro de mi hay una
lucha, una parte de mi dice que no tengo que cobrar nada, que cada uno es
maestro de si mismo y otra que puedo
ayudar a los demás a
encontrar su camino y su despertar, como a mi me ha sucedido con diferentes
personas y libros que han aparecido a lo largo de mi existencia..
Todo esto lo puedo
compartir y disfrutar con los demás organizando diferentes encuentros y a la
vez retroalimentarnos todos.
Escribo estas
palabras me invade una tranquilidad y unas ganas de ponerlo en marcha otra vez.
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